historia kivir

orígenes del hotel kivir

Kivir nace como un bonito y emocionante reto que se propone la familia Martínez, tras permanecer en la hotelería sevillana desde los años 20.
Amadora Fonseca fue la artífice de esta andadura familiar hotelera, fundando y gestionando alrededor de 1920 algunas pensiones en la capital sevillana. En enero de 1932, puso en marcha el Hotel Cécil-Oriente en la Plaza Nueva, del cual se hizo cargo (exceptuando la época en la que estuvo en Madrid tras la crisis del 29), ayudada en parte por su hija, Manuela Fonseca, y el marido de esta, Ramiro Martínez
A finales de los años 40 toma las riendas del hotel Juan Ramón Martínez, el primer hijo varón de Manuela y Ramiro. Lamentablemente, en 1970 tuvieron que cerrar el hotel por falta de viabilidad tras unos cambios en la normativa del momento, vendiendo por tanto el solar donde se encontraba el edificio.
Pero en 1971 se adquirió una casa palacio en la calle Reyes Católicos para construir el actual Hotel Bécquer, que abrió sus puertas en 1973 y que a día de hoy sigue en activo y es reconocido como uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad.
Viendo el éxito de dicho hotel, en 2010 la familia Martínez, con Luis Miguel Martínez ya a la cabeza (segundo hijo de Juan Ramón Martínez), decidió crear un “pequeño tesoro” a orillas del río Guadalquivir, un alojamiento más moderno y exclusivo para los huéspedes que acudían a la ciudad. En 2010 y, posteriormente, en 2014 adquirieron dos edificios del Paseo de Cristóbal Colón, ambos del siglo XIX, para convertirlos, de la mano de los afamados Cruz y Ortiz Arquitectos, en el actual Hotel Kivir, un hotel boutique de 4 estrellas de 31 habitaciones.
Tras unos 2 años y medio de obras, por fin, el 29 de abril de 2019, Kivir abre sus puertas, formando ya también parte de la saga familiar la hija de Luis Miguel, Andrea Martínez, pasando a ser por tanto la quinta generación en hacerse cargo de la gestión hotelera de dicha familia. Desde entonces, se mantiene erguido y dando luz a orillas del Guadalquivir, con vistas únicas al Puente de Isabel II y al tradicional barrio de Triana.